Prevención de accidentes infantiles en el jardín
Suelo: El suelo mojado o con objetos tirados puede provocar caídas. Cuidado con las baldosas elevadas o rotas.
Baldes: Un balde con agua puede ser un riesgo para los niños pequeños ya que se pueden ahogar en una pequeña cantidad de líquido.
Las plantas con frutos pequeños tienen su encanto, llaman la atención a la hora de jugar a preparar comidas.
Hay que tener en cuenta el riesgo de atragantamiento.
El armario con los plaguicidas, venenos o fertilizantes también tiene su atractivo.
Este sitio es extremadamente peligroso. El riesgo de intoxicaciones graves puede ser muy alto.
Herramientas de jardinería, cortadora de césped, entre otros.
Pueden provocar lesiones graves, incluso amputaciones.
Tumbonas plegables: El juego de intentar abrirlas y cerrarlas puede divertirlos un momento.
Tenga en cuenta que este juego de abrir y cerrar puede ocasionar lesiones cortantes en los dedos. Se aconseja mantener las tumbonas alejadas de los niños.
El ahogamiento por inmersión es una causa frecuente de muerte entre los niños.
Barbacoa: Las brasas encendidas pueden ser muy atractivas para los niños y provocar quemaduras graves.
Cuerdas para colgar la ropa.
Deben estar colocadas a dos metros de altura, por lo menos.
Piscinas y estanques.
El ahogamiento por inmersión es una causa frecuente de muerte entre los niños. Se recomienda mantener las piscinas cercadas y durante los meses de invierno cubiertas. Es imprescindible mantener las piscinas aisladas. No se trata sólo de que la piscina tenga una cerca, sino que también debe permanecer cerrada y que sólo pueda ser abierta por un adulto.
En el tiempo en que se utiliza la piscina, la supervisión continua y responsable es esencial en la prevención del ahogamiento por inmersión. Se recomienda fomentar la enseñanza de la natación a partir de los 4 o 5 años y el uso de chaleco salvavidas.
Se recomienda asimismo, que la cloración del agua se realice durante la noche, lejos de los niños y en la proporción adecuada.
Terrazas, balcones, escaleras.
Es aconsejable colocar barreras o puertas plegables en las escaleras. De esta manera, se impedirá el acceso a esta zona de riesgo.
Todas las ventanas, a partir del primer piso, deben tener protectores.
Recuerde cerrar con llave las puertas que dan a lugares que considere peligrosos para los niños.
La clave para lograr una prevención eficaz es, por un lado, cuidar permanentemente a los niños y, por el otro lado, educarlos estableciendo límites firmes de protección.
Como padres y cuidadores debemos fomentar en ellos y desde muy pequeños el aprendizaje del cuidado de sí mismos; especialmente enseñando con el ejemplo.