Vigilar en forma activa salva vidas. Algunos consejos para evitarlo.
Todos los años, especialmente durante los meses de verano, lamentamos cientos de vidas.
Somos conscientes que la vigilancia y la precaución son medidas esenciales para evitar los ahogamientos. Pero, lamentablemente, hay veces que una mínima distracción puede llevar a arrepentirnos toda la vida.
Los ahogamientos son la segunda causa de muerte accidental, tras los accidentes automovilísticos, en niños y adolescentes en la Unión Europea.
El 80% de los casos de ahogamiento en niños se produce en piscinas privadas. Aunque otras veces pueden producirse en canales, en el mar y hasta en recipientes (cubos o bañeras) con escasa cantidad de agua.
Cerca del 50% ocurren en niños entre 1 y 4 años, siendo más frecuente en los dos primeros años de vida.
La prevención es la única herramienta para evitar este tipo de accidente.
Lamentablemente, cuando ocurre un ahogamiento es importante tener en mente que la supervivencia del niño y su pronóstico neurológico dependerán de la asistencia recibida durante los primeros minutos.
Cuanto antes apliquemos las maniobras de reanimación cardiopulmonar básica, habrá más posibilidades de que el niño se salve.
Pese a muchos mitos, el objetivo de la atención en este tipo de accidentes no es lograr que el niño vomite o expulse el agua, sino administrarle oxígeno a la mayor brevedad posible.
El vómito en un niño inconsciente puede empeorar aún más el pronóstico.
Me gustaría que sigas algunos consejos que te pueden ser de utilidad para prevenir el ahogamiento:
- Estimula por todos los medios que tu hijo , aprenda a nadar a partir de los 4 o 5 años. Es aconsejable que la persona que le enseñe a nadar , esté capacitada para ello. Por lo general, la enseñanza por parte de padres y familiares no resulta igual de efectiva.
- Estimula la práctica periódica de la natación, con el fin de que continue el aprendizaje y sea capaz de reforzarlo. Ten presente que nadar correctamente no es lo mismo que haber ido varios años a la piscina.
- “Saber nadar” tampoco significa que se dejen de tomar las medidas de seguridad. Estas deben tomarse siempre.
- Toda actividad lúdica acuática antes de los 4 años, supervisada estrictamente, puede ser beneficiosa para un aprendizaje formal y duradero. Sin embargo no garantiza que los niños pequeños puedan nadar sin ayuda ante una emergencia.
- Utilización de chalecos salvavidas o similares
Si tienes que elegir un salvavidas, es recomendable que elijas el modelo tipo chaleco con abertura anterior, con al menos tres broches seguros y correa pasada por la zona inguinal, de material sintético de alta flotabilidad. El modelo ideal debe permitir que el niño flote aún estando inconsciente, con la cabeza fuera del agua.
Los chalecos con forma de juguetes o animales de plástico pueden ser muy monos y divertidos, pero no cumplen la función de protección de una manera efectiva. Por lo general son vulnerables a pinchaduras y pérdidas por la válvula. - El chaleco debe ser colocado y abrochado por un adulto en todo niño que se encuentre en el agua, cercano a ella, o a bordo de cualquier embarcación.
- Vigilancia: Nada puede reemplazarla…
Esto implica que debes mirarlo y vigilarlo constantemente y de una forma activa y responsable cuando éste se encuentre cerca o dentro del agua. Recuerda que una simple llamada al móvil puede lograr distraernos y hacernos perder eficacia en la vigilancia. Esta es la medida preventiva más importante y sin costo alguno; especialmente en el caso de niños pequeños que aún no tienen “noción del peligro”. Debemos tener en cuenta que un niño puede ahogarse en pocos centímetros de agua y en pocos minutos. - Hay factores que aumentan el riesgo de ahogamiento, como los ruidos molestos, las fiestas o reuniones y la falta de iluminación nocturna.
- Enseña a tus niños a pedir auxilio y a respetar las indicaciones de los socorristas, bien sea en la piscina, en el mar, o en un lago.
- Enseña a tus hijos a no emitir falsos pedidos de auxilio.
- Cercado de la piscina. Se recomienda que toda piscina esté rodeada por un cerco. Si tienes una piscina privada y las vas a cercar debes tener en cuenta que el cerco tenga una altura mínima de 1 m (óptimo 1,5 m), tiene que tener una puerta de acceso que disponga de un mecanismo de seguridad capaz de impedir el acceso de un niño. Los barrotes del cerco deben ser verticales, de esta forma se evitará la escalada. Ten en cuenta que la separación entre los barrotes no debe ser mayor de 10 cm., de manera que no permitan el paso de la cabeza de un niño pequeño.
- Trampolines y zambullidas
Lanzarse al agua puede resultar un desafío muy atractivo paraniños y adolescentes. La altura de los trampolines puede ser variable según su función (recreativos de aproximadamente 1 m de altura, de competición, entre 3 y 5 m de altura o más). Es importante tener en cuenta en todos los casos que puede producirse una “mala caída”, un golpe fuerte contra el agua o el fondo de la piscina, con peligro de pérdida de conocimiento.
Un adulto debería realizar una evaluación cuidadosa de la profundidad de la piscina antes de cualquier lanzamiento. - Debe evitarse en todo momento que el niño esté solo en la piscina.
- Toda piscina de uso comunitario debe contar siempre con personal idóneo (socorristas), para cuidar, prevenir y eventualmente actuar ante cualquier emergencia.
¿Pero que pasa si sospechas que se está ahogando?
Ante el menor indicio, aunque sea dudoso, de que un niño tiene algún tipo de dificultad en el agua, la acción inmediata debe ser sacarlo. No pierdas tiempo preguntando qué le pasa. Recuerda que en este tipo de accidentes los minutos cuentan.
Si un pequeño cae al agua, evita zambullirte. Ten en cuenta que el desplazamiento del agua puede alejar a los niños del lugar donde se encuentran. Debes entrar al agua con suavidad.
¿Cómo actuar ante un ahogamiento?
Recuerda que es muy importante actuar de inmediato. Dile a alguien que llame al 112 mientras se inician las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP).
Cuanto antes reciba las maniobras de RCP más posibilidades tendrá de sobrevivir y se evitarán las secuelas neurológicas.
Si aún no sabes hacer maniobras de RCP procura entrenarte lo antes posible. Todos podemos ayudar a salvar vidas.